Estos tiempos de confinamiento nos están planteando muchos retos a todos. Algunos de ellos son muy provocadores, como el tener que reinventarnos como personas y como organización. Otros retos son arrolladores, ya que hemos pasado de estar en el mismo espacio todos juntos a tener que comunicarnos con una pantalla de por medio.  Otros son motivadores porque nos obligan a estar muy activos mentalmente y a buscar soluciones rápidas y eficaces. Unos pocos son desagradables, como el no poder ver a los seres queridos que no tienen acceso a la tecnología. Otros son arduos, ya que nos obligan a aprender nuevas habilidades y herramientas en un tiempo récord para no quedarnos descolgados del mundo. Pero lo mejor es que, gracias a este confinamiento y la distancia a la que nos obliga, he descubierto que trabajo con un excelente equipo.

Antes de que esta pandemia nos obligase a estar separados ya había una parte del equipo que estaba lejos físicamente, la parte del equipo que está ubicada en Paraguay, así que ya teníamos algo de entrenamiento en mantenernos cohesionados desde la distancia. Esta es una de las ventajas y puntos fuertes del equipo de CASANOVAS Human Touch: llevamos tiempo comunicándonos, colaborando, desarrollando proyectos y ejecutándolos con más de 6.000 kilómetros de distancia de por medio. Y estos 6.000 kilómetros se convierten en 6 milímetros cuando la conexión mental, personal y profesional es de muy alto ancho de banda, como nos pasa a nosotros. Muchas veces nos basta un mensaje de texto a los móviles para establecer una videoconferencia en menos de cinco minutos y compartir cualquier idea o duda que tenga cualquiera de nosotros. En otras ocasiones no hace falta que todos estemos conectados, simplemente una llamada a dos es suficiente. Y la mayoría de las ocasiones una imagen compartida por Whatsapp y una petición de opinión o ayuda es más que suficiente para poner en marcha la maquinaria que lo convertirá en una acción o un proyecto.

Esta entrada del blog quiere ser un agradecimiento al equipo de CASANOVAS Human Touch por el trabajo que estamos realizando y por todo el potencial y futuro que tenemos. Y también quiero agradecerles el estar siempre disponibles, todos sin excepción, cuando las cosas son difíciles y también cuando hay que celebrar los éxitos, que son muchos y en el futuro serán más. Y quiero hacerles una mención especial por la buena acogida que le han dado a Clara Sánchez, nuestra Directora Comercial y de Marketing, en estos quince días que lleva formando parte de nuestro equipo. Siento que la hemos integrado sin prejuicios, con la mente y los oídos abiertos a todo lo que nos aporta y que ella se siente como si formase parte del equipo desde siempre.

En nuestro día a día, cuando trabajamos juntos en un proyecto o en el diseño de un servicio o en los mensajes que os vamos a mandar a través de nuestras redes sociales, todos escuchamos suspendiendo el juicio, escuchando las ideas de los demás sin juzgarlas, las aceptamos y luego las discutimos, las matizamos, les damos forma y unas veces se materializan y otras no. Y el que la idea de alguien se desestime no supone en ningún caso frustración porque somos capaces de trabajar desapegados. El desapego consiste en que, si mi idea se acepta, sé que todos y todas vamos a trabajar en desarrollarla y convertirla en algo real, pero si se rechaza, sé que ha sido porque había otra idea más potente que nos va a aportar un mejor resultado y va a ser más satisfactoria para todos. En CASANOVAS Human Touch las ideas y los productos son propiedad de todos, todos somos autores de todo nuestro material y podemos usarlo en aquello que creamos oportuno, mejorando lo que estamos ofreciendo a nuestros clientes, es más, cualquiera tiene la posibilidad de hacer una modificación y compartirla, ya que el ambiente de trabajo es de total confianza.

¿Cómo se consigue está conexión y sintonía? Pues apoyándonos en tres pilares: la confianza, un objetivo común y un liderazgo compartido. Ya he hablado de la confianza en el párrafo anterior y es “esa cosa” que hay que ser constante para conseguirla, que no se vende en píldoras mágicas que hagan que florezca sin más, es “eso” que notamos en nuestras relaciones con algunas personas y que hace que no tengamos dudas de lo que hacen o nos dicen. El objetivo compartido, según mi experiencia, se da en unas pocas organizaciones, y todas ellas tienen en común que las personas ven un significado a su trabajo, son conscientes de lo que su trabajo aporta a clientes, compañeros y la sociedad y, además, ven el trabajo con los compañeros y compañeras como una oportunidad de aprendizaje y de crecimiento. Y el liderazgo compartido va estrechamente ligado al objetivo y significa que todos somos responsables del trabajo de todos, no existen egos o particularidades o logros personales, todo se hace en común para ir a un lugar concreto y obtener un beneficio común.

Cuando en los procesos de desarrollo grupales que hago con clientes tengo que hablar sobre trabajo en equipo a veces pongo ejemplos de mi propio equipo, pero sin alardear de que es mi equipo, lo hago siempre dramatizando el caso, como si hubiese sucedido en otra empresa. Y no solo pongo ejemplos de lo bien que funcionamos como equipo, sino también de cómo resolvemos nuestros conflictos, que también los hay. Es ante un conflicto o una diferencia personal donde se pone más en valor el espíritu de pertenencia. Cuando dos personas dejan de lado sus particulares modos de ver el mundo y son capaces de llegar a una visión común por el bien del equipo y la organización, ahí es donde se manifiesta realmente lo que significa “pertenecer”, formar parte de algo que supera lo personal y lo individual. Y el poder superar esa barrera, la de las diferencias personales, no tiene que ver con ubicaciones físicas, con condicionamientos culturales, con niveles sociales, con creencias religiosas, con modelos de familia o con ideales políticos. Superar las barreras personales y dejar los egos a un lado por el bien de algo mayor tiene que ver con ser humanos, es ahí donde cada uno de nosotros aporta su Toque Humano y contribuye así a que nuestra empresa sea fiel a su marca y que cada acción de CASANOVAS Human Touch esté impregnada de ese rasgo diferencial que es el Toque Humano.

Finalizo ya esta entrada reiterando mi agradecimiento a todas las personas que forman esta maravillosa empresa y también a todos los clientes que a lo largo de los años han confiado y siguen confiando en nosotros porque les aportamos ese Toque Humano que nos hace diferentes. Y a todos aquellos que aún no nos conocéis también quiero daros las gracias por dedicar unos minutos de vuestro tiempo a leer estas reflexiones que estamos compartiendo. Os animo a que os pongáis en contacto con nosotros para plantearnos cualquier cuestión que se os ocurra: todo el equipo estará encantado de pensar en ello y daros una respuesta.

Pedro Torres

Socio Fundador